Tipos de motivación. Descubre qué te mueve en el trabajo.
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tipos de motivación laboral

El motivo para la acción

Los tipos de motivación laboral son objeto de estudio por psicólog@s de todos los tiempos. La motivación, en general, es el motivo para la acción, la necesidad o deseo que activa y dirige nuestro comportamiento. 
En términos metafóricos la motivación es ‘el combustible’ que permite el logro de los objetivos y el correcto ‘flow’ entre las personas. 

‘El que tiene un por qué tiene un cómo’ Nietzsche

2 Tipos de motivación laboral 

Siguiendo la ‘Teoría de los dos factores de Herzberg’ hay 2 tipos de motivación.
  1. Motivación extrínseca 

    Que viene de fuera; dinero, estatus, poder, reconocimiento externo, … en definitiva, una motivación basada en mover la voluntad de otro.

    Provoca poca o ninguna satisfacción y, sin embargo, si no se tiene es fuente de insatisfacción. Es pasiva, reactiva y se corresponde con la necesidad de seguridad y afiliación de la base de la pirámide de la ‘Teoría Jerárquica de Maslow ‘.

  2. Motivación intrínseca 

    Surge de dentro y es inherente a la persona; desarrollo profesional, logros, metas a alcanzar, reconocimiento interno, … es decir, está centrada en mover la voluntad propia.

    Satisfactoria,  aunque su ausencia para muchas personas no es para tanto. Es activa, proactiva y se corresponde con la cúspide de ‘la pirámide de Maslow’.

Otros tipos de motivación laboral

Douglas McGregoren su obra ‘El lado humano de las organizaciones’ describió dos formas de pensamiento llamadas ‘teoría X y teoría Y’.

La teoría X asume que a las personas no nos gusta trabajar y que tenemos una tendencia natural al ocio.
Desde este punto de vista, el trabajo es una forma de castigo por la que nos pagan y tenemos que estar vigilados para comprobar que se cumple.
La teoría Y considera que la persona encuentra una fuente de satisfacción en lo que hace, por lo que se responsabiliza y no necesita la amenaza para sacar adelante los objetivos.

¿Con cuál de las dos teorías te identificas más?

Según el psicólogo David McClelland hay 3 tipos de actuaciones en función de lo que la persona valore:

  1. El logro por obtener éxito y destacar sobre otros con recompensas inmediatas.
  2. Generar influencia y tener a su cargo equipos como forma de manifestación del estatus y prestigio-
  3. La popularidad a través de la afiliación y el mantenimiento de relaciones cercanas como partes de un todo.

¿Cuál es tu tipo de actuación? 

 
Desde los años 50, l@s psicólog@s intentan encontrar ‘la chispa’ en el pensamiento que activa la motivación y satisface y genera buenos resultados personales, en equipos y organizaciones.
Las ‘teorías motivacionales contemporáneas’ supuestamente representan el pensamiento actual, aunque no terminan de resolver el anhelado bienestar.

Necesitamos modificar la manera de mirar, de pensar y de hacer.

‘La teoría de la evaluación cognitiva’ explica el porqué muchos voluntarios que dedican unas horas a ayudar a otros con gran satisfacción, comienzan a perder la motivación cuando la empresa termina por contratarlos y perciben un salario por la misma función que desarrollaban anteriormente.

¿Conoces a alguien con una experiencia parecida?

‘La teoría del establecimiento de metas y objetivos de Edwin Locke’ considera que el compromiso con metas específicas, desafiantes y alcanzables guían nuestros actos y nos impulsan a un mejor rendimiento.

¿Te resulta fácil o difícil establecer metas con claridad?
¿Te motivan los desafíos?

‘La teoría de la eficacia personal’ se refiere a la convicción de la persona de que es capaz de llevar a cabo una tarea. A mayor confianza sobre las capacidades, mayor es el éxito.

¿Te sientes capaz de afrontar los retos que te propones?

‘La teoría del reforzamiento’ se centra en lo que le pasa a la persona cuando ejecuta una acción, es decir, tras su conducta y las consecuencias que le siguen.

Por ejemplo, si nos premian por un proyecto o nos eligen como departamento estrella, es probable que otros aumenten su productividad imitándonos como modelo.

¿Admiras a las personas por el resultado de sus acciones?

‘La teoría de la equidad’ explica los casos en los que las personas pierden su motivación cuando, a pesar de llevar muchos años en una empresa desempeñando un trabajo estimulante y satisfactorio, entra alguien nuevo que hace lo mismo por un salario más alto.

¿Te ha pasado alguna vez?
¿Tu motivación se resintió hasta el punto de buscar rápidamente otro trabajo?

‘La teoría de las expectativas’ plantea que la motivación aumenta cuando se estimula la idea de las buenas consecuencias de una excelente evaluación del desempeño, tales como un ‘bonus extra’, aumento de salario o promoción interna.

¿Aumentaría tu motivación si tienes una expectativa atractiva para cumplir tus deseos?

 
 

El dinero, el desarrollo profesional y la promoción interna son buenos motivadores aunque no son comparables con la pasión. Con pasión, el dinero y, todo lo demás, llega.

La mente necesita hacer ‘click’, ver con otros ojos, generar nuevos pensamientos y conectar con el bienestar, la plenitud y la felicidad. Hazte preguntas que no requieran de respuesta inmediata sino de imaginación hacia nuevas ideas. 

  • ¿Quién eres?
  • ¿Quieres llegar a ser lo que eres?
  • ¿Qué creencias tienes sobre ti?
  • ¿Estás lejos o cerca de hacer realidad tus creencias?
  • ¿Sabes el propósito de tu vida?
  • ¿Cuáles son tus objetivos?
  • ¿Cómo desarrollar un plan que te ayude a alcanzarlos?
  • ¿Para qué?

‘No hay nada tan potente como una idea cuyo momento ha llegado’ Victor Hugo

Activos hasta la extenuación o abatidos por la pasividad de la pereza, pocos son los que viven enfocados en la meta que quieren sacar adelante como proyecto personal propio.

Inconscientes, nos vamos enrolando en las metas de aquellos que lo tienen claro y, mientras, vivimos desmotivados, sin rumbo, sin energía vital, sin sentido y sin saber muy bien cómo explicar lo que sentimos.

Ni somos impotentes ni somos víctimas de las circunstancias. El condicionante ‘si haces …entonces consigues’ está basado en recompensa-castigo, es un concepto mecanicista y obsoleto en nuestros tiempos.

Antes de ponernos en marcha en alguna dirección conviene abrir el espacio de nuestras ideas y creencias. Al cuestionamos el quién, el qué, el cómo, el cuándo, el para qué, etc, etc, etc, activamos

la inteligencia especulativa

que invita a la reflexión y nos dejamos envolver por preguntas dardo que hacen diana.

Para comenzar a dar pasos en alguna dirección conviene parar, dejar de ser productivos y movilizarnos desde la no acción hacia posibilidades nuevas, más auténticas y coherentes con lo que ya somos.

Para eso tomamos vacaciones, aunque hay empresas que ayudan, dentro de la jornada laboral, a agudizar el pensamiento y la creatividad. En la compañía australiana ‘Atlassian’ tienen lo que llaman ‘Fedex Days’, un día para hacer lo que quieran y al día siguiente presentan lo que han hecho a los demás. Lo que realmente importa son nuestras habilidades creativas e intuitivas.

¿Qué sentido tiene correr detrás de zanahorias más dulces o evitar amenazantes cuchillos afilados?

Consideremos 3 elementos fundamentales:

  1. Autonomía: El compromiso y la inciativa motivan. Primero pagar lo justo, por supuesto, y luego dar autonomía y dejar hacer
  2. Maestría: Ser mejor en eso que hacemos y es importante, un día tras otro y, así, cada día
  3. Propósito: Llevar a cabo la intención de hacer lo que hacemos.
 
Como dice el autor Daniel H. Pink ‘La ciencia de la motivación sabe una cosa y las empresas hacen otra’.
Las recompensas del pasado siglo sólo funcionan en una franja estrecha de circunstancias porque a menudo destruyen la creatividad.
El secreto de la motivación y del alto desempeño no está en las recompensas ni en los castigos sino en la fuerza de hacer las cosas por el propio interés de hacerlas, porque importan y nos divertimos haciéndolas.