Tomar decisiones, en verano es tiempo. Traza un puente para la vuelta.
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tomar decisiones

Verano, tiempo de tomar decisiones

¿Te cuesta tomar decisiones?

El verano es tiempo de tomar decisiones mientras las neuronas se ponen a tomar el sol. Las células exultantes de creatividad están dispuestas a movilizar pasos hacia el otoño-invierno.

Los nuevos propósitos que no has cumplido durante el año toman más fuerza.

  • Apuntarte al gimnasio
  • El curso de inglés
  • Dedicar más tiempo a la familia y amigos…

Las buenas intenciones se materializan con un plan definido y concreto de acciones

Las vacaciones ayudan a tomar decisiones

En vacaciones estivales es más fácil conectar con aquello que podemos llegar a ser. Disueltas las obligaciones cotidianas, se abren infinitas posibilidades. Expandimos nuevos espacios en la mente y en el corazón.

  • ¿Dónde van los buenos propósitos que no cumples?
  • ¿Te sería útil trazar un puente entre los objetivos y la rutina diaria?

Te hablo de un puente llamado Toma de Decisión, cuyos materiales lo forman las Acciones Cotidianas y las herramientas son el Lápiz y el Papel.

El verano es tiempo de trazar puentes y crear un hábito en la construcción. Sistematizar objetivos realistas y concretos con voluntad y constancia. No es tiempo para perder el tiempo. Si en verano volvieras a nacer, si empezaras de nuevo: ¿Qué te gustaría vivir?

Para vivir cosas diferentes, necesitas actuar de un modo diferente

Mónica había pasado los cuarenta. Le tocaba decidir si quería comprometerse en el amor, tener un hijo y definir su proyecto profesional. Durante las horas de luz del verano trazó un plan. En otras ocasiones había fantaseado en su mente con la idea y, sin embargo, aparecían barreras; unas veces inconscientes, otras conscientes.

Se preguntó:

  • ¿Qué es lo que quiero vivir?
  • ¿Me comprometo a vivir plenamente y ser feliz?

En un acto de sinceridad con ella misma, Mónica se sorprendió con las palabras escritas. Sintió la necesidad de empezar a tomar decisiones y se puso a trazar puentes garabateando en el mantel de papel de la tranquila cafetería.

Puso en contacto a su yo posiblidad; el que marca los grandes planes de la mente y a su yo concreto; el analítico y práctico que materializa las posibilidades.

Mónica definió tres pequeñas acciones concretas y realistas para cada una de las preguntas que tan sinceramente se formuló. Aquel mismo día comenzó a aplicar lo concretado, empezó a vivirlo y se sintió en coherencia con el plan.

Desde ese momento, Mónica notó que su vida empezaba a girar hacia donde quería. Se sintió completa y feliz. Día a día, paso a paso. Así transcurrió aquel verano y la vuelta de vacaciones. Era tiempo de tomar decisiones y vivir una vida proactiva.

La proactividad significa que, como seres humanos, somos responsables de nuestras vidas. Nuestra conducta es una función de nuestras decisiones, no de nuestras condiciones. Podemos subordinar los sentimientos a los valores. Tenemos la iniciativa y la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan. Stephen R.Covey. «El 8º hábito».

Cuando te liberas de la reactividad emocional comienzas a ser proactivo. Es entonces cuando empiezas a tomar la responsabilidad de tu vida, cuando te comprometes. Las acciones pequeñas y concretas del hoy son las grandes decisiones hechas realidad del mañana.

¿Qué preguntas necesitas para tomar tus decisiones?