Neurociencia Archives - Página 2 de 3 - Marta Pato
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¿Quiénes son los que vienen después de los millennials?

Después de los millennials y con la Neurociencia avanzando a pasos agigantados nos acercamos a la inmortalidad. Imagina que llegas a 150 años. ¿Te ves trabajando sin parar hasta el final? Por lo que pueda pasar, más vale que sea en algo que te apasione ;)

Si 150 te ponen los pelos de punta, imagina que te queda 1 año.

A pesar de que no eres el dueño del tiempo porque no puedes modificar su curso, una cosa está clara, tengas el que tengas ¡Disfrútalo! No hay nada más triste que una vida desperdiciada.

El tiempo no se tiene, se hace

¿Todavía estás pensando en hacer la lista de propósitos?

¿Qué neuronas pones a trabajar para definir los propósitos de año nuevo? ¿Sabías que hay 40 mil neuronas en el corazón? ¿y unos 500 millones en el sistema digestivo? El corazón y las tripas tienen cerebro.¿Usas las neuronas de la cabeza en exclusiva? Tal vez ese sea el problema de no cumplir los objetivos que te propones.

¿Cuántos años llevas planteándote los mismos propósitos sin resultado?

La fuerza del arranque mental se dispersa en un latido mientras maltratas a las bacterias que habitan en el intestino. Antes de marcarte los propósitos del año nuevo conecta con las tripas, abre el corazón y deja a la mente en paz. ¡Sí, en paz! La mente tiene la cualidad de enfocarse cuando te ocupas del sistema nervioso cardiovascular y digestivo.

Si no te sale de las tripas, si tu corazón no vibra, no lo hagas, suelta ese propósito.

¿Mente de mono o mente en blanco?

Si alguna vez practicaste mindfulness habrás notado que la mente es un mono que salta de rama en rama. Las ramas son los pensamientos de un bosque repleto de distracciones. Que si el ruido de fuera, que si hace frío o calor, que si lo que pasó antes, que si lo que hay que hacer luego, que si duele aquí o allí, que si olvidaste tal cosa, que si tienes que preparar tal otra, que si lo que deberías sentir es, que si no lo estás haciendo bien porque..., que si ésto..., que si aquello...

¿Es posible poner más ramas al árbol a la mente de mono?

¡Por supuesto! Añádele 'San Google' cuando en medio de una conversación sientes la necesidad de saber un dato o un concepto, no te olvides de subir la foto del momentazo que estás viviendo a Instagram, ponte a la última en Twitter con el trending topic del día, no te pierdas el evento que tus contactos proponen en Facebook y chatea con cientos y cientos de candidatos en Tinder...

Si de por sí vamos cargaditos, ¿por qué no echarle más de leña al mono?

¿Qué cualidades tiene el cerebro agradecido?

El cerebro agradecido disfruta de calidad de vida, duerme bien, tiene claridad mental, es feliz y está de buen humor.
“Don't worry, be happy” es una evasión. Preocuparse es saludable si nos ocupamos de lo que preocupa.

¿Quién quiere un cerebro agradecido?

Algunos cerebros están equipados de serie para ser agradecidos sin importarles vivir con poco o sometidos a situaciones injustas. Otros no encuentran voluntad ni sentido y se rinden al exceso de azúcar o se dopan con fármacos, drogas y alcohol.
Siendo realistas, por muy agradecido que sea un cerebro, se enfrenta al sesgo de la negatividad.

¿Sabías que una vida feliz se entrena?

Una vida feliz no está reñida con el cerebro aunque esté regido por ondas de distinta frecuencia. Entre alfa y theta y theta y delta surgen estados de relajación donde la creatividad despliega las cualidades más auténticas. Cuando accedemos a estos niveles de consciencia aparecen soluciones a problemas y conflictos que de otro modo no llegan. En estos espacios los hemisferios cerebrales funcionan en sincronía, uniendo el pensamiento concreto, del hemisferio izquierdo, con el pensamiento abstracto, del hemisferio derecho. El cerebro es un sofisticado computador holográfico que crea realidades en función de lo que imagina. Tenemos la capacidad natural de reinterpretar lo que llamamos realidad y ser felices.

¿Tienes una vida feliz?

Llevo días haciendo esta pregunta. Me he encontrado con caras de póquer, sonrisas nerviosas y voces que balbucean imprecisión. Pocos han respondido de forma convincente un SI con mayúsculas. Nos asusta más ser felices que seguir buscando permanentemente la idea de felicidad. Somos expertos en apegos, inercias y hábitos conocidos. Nos cuesta mucho desprendernos, superarnos y enfrentarnos a quienes somos.

El cerebro recuerda y anticipa. Continua e incesamente calcula, memoriza y hace predicciones. Cuando el resultado de una acción mejora lo esperado el hipotálamo libera dopamina. La novedad estimula nuestro cerebro porque las recompensas inesperadas producen este neurotransmisor que ayuda al proceso de aprendizaje. El sistema dopaminérgico también se activa mucho al realizar actividades sociales. Es por ello que aprendemos más y mejor en contacto con los demás y sobre todo cuando surgen vínculos afectivos. 7 elementos clave Los factores sociales son importantes e influyen en la motivación. Sin embargo, la motivación intrínseca es aquella que sentimos cuando dedicamos tiempo a una actividad que nos apasiona muchas veces en soledad. 1.- Curiosidad Asegurarnos la supervivencia nos coloca en un área de confort difícil de sobrepasar. Este instinto nos coloca en situaciones difíciles para traspasar esta barrera. A pesar de que nos delimitamos por supervivencia, también somos curiosos por naturaleza. Cuando algo despierta nuestra curiosidad activamos mecanismos emocionales para enfocar la atención. Por eso aprendemos y salimos de la dormilera de la comodidad.