Neurociencia Archives - Página 3 de 3 - Marta Pato
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Recupera la motivación perdida. ¿Motivación ”Ex”trínseca o “In”trínseca?

Vivimos en una sociedad tan consumista que creemos que la motivación es un producto que anuncian en la tele y una gran compañía americana ha empaquetado para ponerlo en el estante de la caja del supermercado. Las personitas humanas, en estos tiempos, tenemos gustos muy raros. Preferimos el “ex” al “in”. Lo que está en el exterior “ex” nos resulta más fácil, “ex”parejas y “ex”jefes incluidos. Lo que está en el interior “in” nos produce miedo, tanto como para salir huyendo despavoridos. Reflexionemos un momento. Si por mucho que no estén presentes, no nos libramos de los “ex”, ¿ para qué temer tanto a los “in”? Tal vez mirando a esos “in” encontremos la solución del laberinto. Como habréis podido detectar, no es objeto de este capítulo hablar de la motivación extrínseca. Aquella que se obtiene de cosas que se pueden comprar, personas que nos aportan un chute de energía o situaciones del tipo me tocó la lotería con este trabajo o est@ novi@. El foco de interés está en la motivación intrínseca, que como la palabra indica, es aquella que se genera dentro y de la que cada uno es dueño con independencia de lo que pase fuera. ¿Hay una motivación más libre que ésta? Si alguien la encuentra, por favor, que lo diga.

El sentido del humor está escrito en el código genético

Para entender el sentido del humor conecta con una nueva mirada: Las cosas más simples ayudan a enfrentar las situaciones más difíciles.

En los últimos 30 años el estudio científico del humor se promueve de manera consistente por la International Society for Humor Studies o ISHS. Estudios científicos demuestran que el sentido del humor es una de las herramientas más eficaces para combatir el estrés, enfrentarse a los desafíos de la vida y conservar la salud mental.

Lo más natural, como que una persona se tropiece en plena calle y, lo más inesperado, como que a alguien se le escape un pedo, nos hace gracia. Este tipo de situaciones nos vinculan a una parte infantil y sana de nosotros. Llevamos el sentido del humor escrito en el código genético.

En estos tiempos difíciles necesitamos reírnos más que nunca. Entrenar el sentido del humor es una técnica de supervivencia, un arte y una terapia. Es un sentido avanzado que permite ver por dónde va el fluir de la vida. Somos humor, fluidez y cambio. Darnos cuenta de ello es imprescindible para vivir.

3 minutos de risa diarios son tan importantes como la calidad del sueño y alimentarse de manera adecuada.

¿Dónde tiene su origen el cerebro compasivo?

El cerebro compasivo está reñido con el reptiliano. La necesidad de adaptación a situaciones nuevas ha desarrollado la inteligencia y la evolución. Hemos avanzado de la supervivencia ante la amenaza al entendimiento recíproco entre personas y entorno. Gracias a los nuevos retos, el cerebro crea nuevas capacidades acordes a los nuevos tiempos. El cerebro actual es un sofisticado órgano más compasivo y solidario. Una de las evolucionadas capacidades del cerebro es la compasión, entendida no como un asunto religioso, sino científico. Compasión como la facultad para acompañar con amor el dolor de los demás y el propio. Una generosidad que se extiende más allá de la propia especie, incluyendo a otras y al planeta mismo. Una serie de áreas en el mapa cerebral muestran la disposición a la compasión, derivada de la propia interacción y evolución inteligentes.

Las neuronas de la empatía

Existen 100 mil millones de neuronas en el cerebro adulto. Cada neurona tiene entre mil y 10 mil conexiones. Las combinaciones neuronales exceden el número de partículas elementales del Universo.
¿Cómo abordar el estudio del cerebro?
Hoy en día se conoce menos del 10% del funcionamiento de este órgano de tan solo kilo y medio. Las neuronas espejo son un puente de unión para resolver la brecha que hasta ahora ha dividido a la ciencia y las humanidades.

Las neuronas de la empatía, un descubrimiento accidental

A principios de los años 90, investigaciones como las de Giacomo Rizzolatti y su equipo en el departamento de Neurociencia de la Universidad de Parma ayudan a ir desvelando este universo humano. Con un scanner de resonancia magnética cerebral detectaron las neuronas que se activaban en un mono cuando abre una nuez. Un miembro del equipo, que estaba hambriento, abrió también una nuez mientras era observado por el mono. En el scanner se detectó que en el mono se estaban iluminando las mismas neuronas cuando éste, sin realizar ninguna acción, estaba mirando al humano abrir la nuez. De este modo accidental, se descubrieron este tipo de neuronas motoras llamadas espejo. Su gran particularidad es que se activan al ver desarrollar una acción, siendo meros observadores.