Las emociones negativas son inevitables y al mismo tiempo naturales. No se trata de atragantarte con ello, ni tragarlo sin más, ni tampoco negarlo. Se trata de atravesarlo. En cada dificultad hay una oportunidad de descubrir una cualidad positiva auténtica, con la que tal vez no cuentas. A través de la respiración y de la focalización de la sensación sentida en el cuerpo, disuelves esa situación que perturba. Una vez atravesada, surge un descubrimiento que se activa con un anclaje que llevar a la vida cotidiana. Después de esta práctica toma un tiempo para recapitular:

¿Has sentido dolor en rodillas y espalda durante la práctica de meditación? Cuando dejamos de ser niños perdemos flexibilidad y no sólo en el cuerpo sino también en la mente.